jueves, 14 de enero de 2010

Música rock y satanismo, René Laban

Música rock y satanismo es un libro escrito desde el fanatismo religioso y tiene una alarmante falta de rigurosidad. Lo curioso es que uno esperaría que un libro con este título analizara el fenómeno del death metal escandinavo y todos los tópicos sobre pactos con el diablo, desde el cruce de caminos de Robert Johnson, hasta el de Led Zeppelin, pasando por toda la carnaza de Black Sabbath. Y con los únicos que realmente se ceba es con Alice Cooper (“que tomó su nombre de una sesión de espiritismo en la que se le identificó con ese nombre”) y, no tanto, con Ozzy. Hasta aquí, lo obvio. Lo sorprendente es la galería de satánicos “concientes o inconscientes” que presenta el autor: ¡Pink Floyd, The Police, Queen, Crosby, Stills, Nash & Young, etc.!!! Según este tipo, en el tema Empty spaces (él equivoca el título y lo llama Congratulations) de Pink Floyd se puede escuchar, oyendo el disco al revés: “Justo acabas de descubrir el mensaje secreto del diablo; comunícate con el viejo…” (he puesto “del diablo” en cursiva, porque quienes supuestamente han escuchado estas palabras –ver los foros de fans de Internet– nunca habían mencionado nada del diablo, aunque sí que, efectivamente, hay un mensaje oculto). Le siguen toda una ristra de sorpresas, a saber: parte del texto de la canción de The Police Every breath you take, por ejemplo, ¡abre el capítulo del libro sobre Los síntomas de la posesión diabólica!: “Cada vez que respiras, cada movimiento que haces, cada vínculo que rompes, cada paso que das, te estaré observando… ¡Oh¡ no puedes ver que me perteneces”; en el directo Live Killers de Queen se puede escuchar, una vez más oyendo el disco al revés: “start to smoke marijuana”; y también desglosa párrafo a párrafo Stairway to heaven, de Led Zeppelin, para decir que la Lady que compra la escalera al cielo es la heroína (la Dama para la cual todo lo que brilla es oro), y que la estrofa más subversiva es la que habla de los dos posibles caminos por los que transitar: en las dos últimas frases, donde ante la duda el flautista nos invita a seguirle (“in the case you don’t know, the piper’s calling you to join him”), si las oímos al revés puede escucharse: “vive para vivir para Satán (live got to live for Satan)”. La cosa no acaba ahí. El tal René Laban afirma, entre otras cosas, las siguientes: antes de triunfar, Marc Bolan pasó dos años en París en compañía de un un mago negro; la sociedad de brujos WICCA controla parte de los estudios de grabación norteamericanos y es quien edita los discos de Alice Cooper; Marianne Faithfull y Anita Pallemberg son “dos conocidas brujas inglesas” que sedujeron a los Rolling Stones, cuyo logo de la lengua roja es el paradigma de la simbología del diablo (el tipo lo documenta con la reproducción de antiguos grabados: desde la lengua de la serpiente del paraíso hasta el mismo diablo o los condenados al infierno con su lengua fuera); el nombre de los tres primeros discos de Kiss (Kiss, Hotter than hell y Dressed to kill) no es casual, todo junto significaría: Caballeros al servicio de Satán más calientes que el infierno vestidos para matar (para el autor, Kiss sería el acrónimo de Kings in Satan Service). Ah, y las fotos de la Kiss army de la contraportada del Alive las hizo Fin Costello, “un famoso mago negro”. En fin, el libro da para miles de anécdotas: como cuando habla de las ceremonias de magia negra que se habrían hecho antes del lanzamiento de algunos de los discos más exitosos del rock (que por ese motivo triunfaron), y que quien los ha comprado se ha llevado a casa parte de esos demonios (¡Estamos jodidos¡). También habla de las conexiones de Aleister Crowley y Anton La Vey con el rock.En fin no se libran ni Bad Company, la E.L.O, Saxon o Black Oak Arkansas (las siglas B.O.A. aluden al símbolo satánico por excelencia, la serpiente, y en su tema grabado en directo When electricity came to Arkansas aparecen en un momento dado unos extraños ruidos que, escuchados al revés descrifan el mensaje: “Satán…Satán…Satán… he is good… he is good” y acto seguido se oyen unas risas). Lo que me gustaría saber es si es verdad que Robert Plant llegó a culpar a la obsesión de Zoso por el ocultismo y la magia negra de las calamidades que afectaron al grupo y sus miembros.

5 comentarios:

  1. Luego de leer esta introducción acerca de este libro, estuve buscando la biografía de el autor. ¿Quien es este Rene Laban? porque aparte de los titulos de los dos libros que aparece como autor, no he podido encontrar otras referencias sobre el autor ni en google, yahoo etc.?

    Es un tema interesante y en el que es bueno saber cuales son las razones de estos tipos para criticar con tanto fanatismo al rock

    ResponderEliminar
  2. Ya en serio, ¿Quién es este señor? también lo he buscado varias veces y no encuentro ni la más mínima información sobre él, sólo que ha escrito otro libro ademas de este y nada más.

    ResponderEliminar
  3. Tengo oído que al parecer René Labán no existe, y que detras de ese pseudónimo se esconden tres pastores evangélicos (inaudito, fueron necesarias tres personas para escribir semejante birria...)

    ResponderEliminar
  4. Acabo de leer el libro no es mas que un resumen de famosos ataques contra los exponentes famosos del rock en los años 70 y 80, aparte mezcla los mensajes y capítulos con temas de satanismo, ocultismo, hinduismo hasta masonería no tiene una linea lógica de relato y argumentación, es una mezcla absurda de temas varios para asustar a los padres, iglesia o personas nuevas en el tema no lo recomiendo. para nada.

    ResponderEliminar
  5. Por lo que tengo entendido a través de varios libros sobre satanismo y brujería fue un pastor protestante. Aparte de ese dato, yo tampoco he encontrado nada sobre tal persona en Internet ni en ningún medio informativo.

    ResponderEliminar