En su libro Rockvolución empresarial (Empresa Activa), Salva López,
colaborador del Departamento de Dirección de Marketing en ESADE Business
School, sostiene que “en un mundo que necesita reinventarse, debemos aprender
de las buenas ideas allí donde estén (…) y los músicos tienen una original
manera de pensar y afrontar los retos”. Leyendo el libro de Salva acudían a mi
mente pasajes del capítulo de mi vida en que, dedicándome al periodismo
político, “alternaba” con la crítica musical. Para mí tan serio era lo uno como
lo otro, pero no eran pocos los que se sorprendían de que mantuviera esa
dualidad. En España, la música es un pasatiempo, tanto para la mayoría de la
gente como para nuestros gobernantes; en otros países, es algo muy serio.
Por eso entiendo perfectamente lo que sentía Salva López
cuando –lo explica en su libro– ocultaba su afición por la música en las
entrevistas de trabajo. Y me siento identificado, puesto que yo siempre he
militado en bandas de rock y, como él, siempre lo he callado en las entrevistas
de trabajo (o mientras realizaba mi trabajo).
(ladillo) Rock the nation!
En Estados Unidos muchos ex miembros de bandas de rock son
ahora altos ejecutivos de grandes multinacionales. Bill Clinton se ponía gafas oscuras y tocaba en público (¡y en
televisión!) el saxofón mientras era presidente, y Barack Obama ha cantado en más de una jam session de las que se organizan regularmente en la Casa Blanca,
desde 1978, como parte de la serie In Performance at the White House. Ignoro qué se
escucha en la Moncloa, ni me consta que se haya hecho nunca un concierto allí.
De hecho la música ni siquiera se considera cultura en España (de ahí que no se
pague por ella un IVA reducido).
En las entrevistas de trabajo puede que te pregunten si
practicas algún deporte, pero difícilmente te preguntarán si tocas en algún
grupo de música. ¿Intentan saber algo más sobre tu persona y tus habilidades
sociales? Pues bien, citando a Salva López: “una banda de rock es un entorno de
creatividad, trabajo en equipo, orientación a objetivos, negociación,
innovación y metodología, una banda bien puede ser un equipo de alta
rendimiento ¿Y no son estos términos fundamentales en el mundo de la empresa?”.
Este punto de vista nos puede ayudar a reconocer que U2, The
Rolling Stones o Bon Jovi –por poner ejemplos mediáticos– son empresas
dedicadas al show business y que Bono,
Mick Jagger y Jon Bon Jovi no sólo ejercen la dirección artística de las
mismas: gestionan talento, entusiasmo y brillan como solistas apoyándose en sus
compañeros. Lo dijo una vez el batería de los norteamericanos Aerosmith: el
nivel de competencia de un grupo de música cuando está tocando es igual a la
capacidad que tenga su miembro más débil, o sea, el instrumentista con menos
habilidades o talento. Una manera inteligente de decir que todos los miembros
de un equipo son importantes (si uno no funciona, se convierte en una nota disonante),
ergo si Aerosmith han conseguido llegar donde están no puede deberse solo a su
famoso cantante y a su guitarrista principal. Y es que un grupo de música
actuando en directo es uno de los paradigmas del trabajo en equipo “en tiempo
real”.
(ladillo) Rock your business!
En Estados Unidos se organizan cada año los llamados Rock and Roll Fantasy Camp,
en los que, pagando una bonita cantidad de dinero, puedes convivir unos días
con estrellas del rock de primer nivel; practicar con ellas (no es necesario tener
conocimientos previos de música ni tocar ningún instrumento) y, como colofón,
actuar a su lado en alguna sala de conciertos con solera del país.
David Fishof, fundador y CEO de Rock and Roll Fantasy
Camp, es también autor del libro Rock your Business: what you and your company can learn from the business of rock and roll. En
palabras del ex cantante de Van Halen, Sammy Hagar, Fishof muestra en su libro
porqué las más grandes estrellas del rock mundial son también las entidades más
innovadoras, y de qué manera un empresario puede alcanzar el mismo estatus como
emprendedor. Por cierto, Jon Bon Jovi es asesor político de Barack Obama y se
sienta en el Consejo de la Casa Blanca para Soluciones Comunitarias al lado de
gente como John Donahoe (presidente de eBay) o Paula Boggs (vicepresidenta de
Starbucks).
De hecho, Fishof también organiza el Corporate team building and training camp, donde los empleados de cualquier empresa se convierten en estrellas
de rock and roll para crear e interpretar sus propias composiciones con la
ayuda de auténticos artistas. Adaptación al cambio, creatividad, trabajo en
equipo, comunicación, gestión del entusiasmo, compromiso para llevar a la
práctica las ideas… un estimulo y una forma diferente de revitalizar o
reiniciar a los empleados.
(ladillo) Rock your fans!
Las empresas sueñan con fidelizar clientes. ¿Hay un cliente
más fiel que un fan de un grupo musical? Cuántas lecciones podrían extraer los
empresarios si hicieran un case study
sobre el modo en que algunos grupos consiguen esos incondicionales die
hard fans. Salva López nos ayuda:
“pregúntese si sus clientes sienten algún tipo de entusiasmo por su producto o
servicio, y pregúntese qué hace usted o su empresa para generar, alimentar y
gestionar ese entusiasmo. ¿Cuida usted a sus clientes mejor o peor que a los
potenciales clientes que trata de atraer?”. Esta última pregunta no es baladí,
pues todos conocemos casos de empresas que disponen de mejores ofertas para
clientes nuevos que para aquellos que llevan años con ellos; que se desviven
por captar nuevos clientes antes que cuidar mejor a los que ya tienen. Pensemos
en la fidelidad del fan… ¿puede su empresa, producto o servicio generar
sensaciones parecidas a las que un fan siente cuando escucha su música
favorita?
Keep on rocking!
También puedes leer mi artículo en el blog de tendencias en comunicación del Grupo BPMO