viernes, 29 de enero de 2010

El valor de la veteranía en el rock

En pocos ambientes como en el del rock se respeta tanto la veteranía: el tipo que vio actuar en los 70 a Queen, Aerosmith, Zeppelin, o los AC/DC de Bon Scott no es un viejo del que burlarse, sino alguien a quien perseguirás para que te cuente hasta el último detalle. De acuerdo, también estará el que no sabe ver cuándo hay que callarse y dejar de dar la brasa con sus batallitas, pero gente así la encuentras en cualquier otro ámbito de la vida y hablando de cualquier cosa: coches, fútbol, dinero, etc.

Si la tradición oral en el mundo del rock y el heavy metal es tan importante en España es debido a la habitual falta de información que ha habido sobre estas músicas en la televisión y la radio comercial de este país. ¿Quién no ha disfrutado escuchando las andanzas de algún veterano que te contaba de primera mano lo que vivió años ha en tal o cual festival, o cómo se vivió en su ciudad, en su barrio o en su bar la separación de la formación original de Black Sabbath, la polémica sobre los Judas Priest del Turbo o los Van Halen de Sammy Hagar? Ocurre lo mismo entre los músicos de rock: los consejos de un guitarrista que lleva años tocando en todo tipo de garitos se escuchan (o al menos se escuchaban) con respeto. Quizá con Internet estén cambiando las cosas, porqué allí parece que está todo lo que puedas necesitar (cuatro búsquedas en el google o en foros especializados y parece que ya lo sabes todo). Pero, en España, la escasez de programas de televisión y emisoras de radios dedicadas al rock y, sobre todo, al hard rock y el heavy, dejó durante muchos años a las revistas especializadas y al boca-oreja como única fuente de información. Personalmente, disfruto tanto hablando de música como eschuchándola o tocándola. Llevo muchos años tocando en grupos de rock por puro placer y siempre ha sido igual: acaba el ensayo y nos pueden dar las tantas en la calle hablando de música…

miércoles, 27 de enero de 2010

Biografías de músicos



La de David Lee Roth
(cantante de Van Halen), Crazy from the heat, me decepcionó. Está escrita mucho antes de la actual reunión de Van Halen y no se moja en nada, ni para bien ni para mal. Con lo bocazas que es Diamond Dave y en este libro parece un corderito, hablando sólo de sus raíces musicales (interesante esta parte), de sus manías en el escenario antes y durante los conciertos… Y prácticamente nada de su relación con los hermanos Van Halen o Michael Anthony. Recuerdo que, cuando la leí hace unos años, pensé: en el fondo este tío tiene la esperanza de volver a ser el cantante de Van Halen y no ha querido poner absolutamente nada que puede molestar a los hermanos, por si acaso. Buenas fotos, pero un libro flojo, para ser quien es su autor. La de Aerosmith, Walk this way, en cambio, la disfruté. No escatiman detalles de su infierno con las drogas y de sus problemas personales dentro y fuera del grupo. Aparecen sinceros y abiertos, maduros. Pero la realmente interesante es Fight the Power, la de Chuck D, el cerebro de Public Enemy. Es un libro también un poco viejo (1997) pero en mi caso lo he leído recientemente. Puedes estar o no de acuerdo con lo que plantea (yo no lo estoy al 100%), pero es un libro honesto, que te permite saber exactamente de qué iban Public Enemy. La conclusión que sacas es que este tío está en guerra. Las declaraciones son incendiarias, como lo eran sus canciones: que si el Gobierno norteamericano actúa como una “máquina antinegros”, que si los negros deberían ver la bandera americana como si fuera la esvástica nazi… En algún momento se pasa tres pueblos, ve conspiraciones por todas partes y se vuelve algo paranóico y extremista, pero no hay duda de que Chuck D no es un ignorante; es un tío preparado y muy concienciado con la problemática social de los negros… y yo no soy un negro que vive en los EE.UU. y no puedo calibrar hasta qué punto sigue instalado el racismo en aquel país. En todo caso, él se muestra muy crítico con esa figura del artista o deportista negro famoso (campos en los que destacan las personas de color) que no hace nada por su comunidad. También se criticó mucho en su día a Louis Armstrong, al que acusaban de ser un bufón, alguien que entretenía a los blancos y no hacía nada por la causa negra. La descripción de cómo conoció a Flavor Flav (¡qué personaje!) y de cómo tuvo que justificarle a la compañía de discos a qué se iba a dedicar dentro Public Enemy, para que también se le contratara, es muy graciosa (Flavor Flav sencillamente “hace lo suyo”, les dijo). Este tío es tan auténtico como Chuck, aunque tenga una forma de ser totalmente distinta. También he disfrutado del libro autobiográfico Freddie Mercury, Su vida contada por él mismo que un par de periodistas han hecho a partir de entrevistas que Freddie Mercury realizó durante 20 años. Por supuesto que me ha resultado más interesante que el que escribió en su día Peter Freestone, el que fuera asistente personal de Freddie desde principios de los ochenta y hasta su muerte, porque, de tan respetuoso, resultaba insulso: ¡con lo que este hombre debió llegar a ver (¿y tocar?) durante más de 10 años¡. En el libro de estos dos periodistas hay anécdotas geniales, como cuando Queen (época News of the world, ¡con Freddie calzando zapatillas de ballet!) y los Sex Pistols coincidieron en un estudio de grabación y el genial cantante de Queen, que podía ser gay pero estaba cuadrado, vaciló a Sid Vicious cambiándole el nombre y preguntándole si las marcas y las cicatrices de la cara se las hacía delante del espejo. Vicious advirtió a Freddie que no le gustaba cómo le está hablando y Freddie respondió: “¿Y qué piensas hacer al respecto? Rotten y Vicious salieron por piernas. ¡Qué grande fue Freddie Mercury y qué necesitada está hoy la música de personajes como él!

jueves, 21 de enero de 2010

Entrevista inédita a Quimi Portet-El Último de la Fila (1997)

Extracto de otra entrevista de 1997 que quedó inédita debido a que la revista que la iba a publicar cerró antes de salir el número a la calle.

Quimi Portet (1997): “Si El Último de la Fila cantara en catalán yo no habría hecho este disco en solitario” 





Oficialmente, Quimi Portet está de vacaciones. Pero yo lo tengo sentado ante mí y me habla de un nuevo disco en solitario que está a punto de publicarse: "he venido de estranquis, no se lo digas a nadie". No, no es ningún secreto, es una frase extraída de La Rambla, la canción que figura como sencillo de presentación del excelente Hockey sobre piedras, el segundo disco de Quimo Portet.

¿Cuál es la historia de este disco?



Cuando acabamos la última gira, Manolo y yo decidimos parar durante un tiempo. Pensaba hacer vacaciones, pero empecé a componer y fueron saliendo estas canciones. La primera idea era hacer un disco por pasármelo bien y que quizás ni publicaría. 





¿Y como ha ido la grabación? 



A mí me gusta el trabajo de estudio, porque te obliga a una introspección y a una forma de trabajar en equipo que es muy especial. Además, este vez todo fue bien porque no hubo ninguna presión, puesto que, de hecho, nadie esperaba este disco. 





¿Saldrás a presentarlo en directo? 



No. Hacer ahora una gira supondría montar un grupo –porque el disco lo he hecho tocando yo muchos de los instrumentos– y ensayar, y no tendría ningún sentido haber parado con El Último de la Fila, precisamente por romper la dinámica gira-disco, y que ahora hiciera el mismo en solitario. 





No sólo cantas en catalán, la temática del disco también es mediterránea. Con El Último de la Fila, la voz del Manolo y la música eran más del sur. ¿Has hecho algo que no puedes cuando formas parte del grupo? 



No exactamente. Yo creo que la temática es muy parecida a la de El Último. La única diferencia es que yo conozco mucho mejor la lengua catalana que la castellana, y esto se nota. Yo, por ejemplo, no puedo hacer un uso parecido de las expresiones populares y de los refranes castellanos. De todos modos no he pretendido tocar temas folclóricos; pienso que es un disco que puede entender todo el mundo. 





Te lo decía porque muchos músicos se acaban viendo atrapados en aquello que les ha funcionado y aprovechan descansos del grupo para hacer cosas que, a menudo, acostumbran a ser bastante diferentes de lo que hacen con su banda. 



Esto es cierto. Bien, el tema de la lengua es básico para mí. Seguramente, si El Último de la Fila cantara en catalán yo no habría hecho este disco. Tampoco es que esté frustrado, pero me sabe mal, por ejemplo, que mi hija tenga que leer toda la vida cosas mías en castellano. 





En tus textos se aprecia una preocupación por la rima 



Es que yo pienso que esta es la diferencia entre una noticia del diario y una letra para una canción. No sólo busco la rima, sino también el ritmo, que los acentos coincidan con el ritmo de la canción. Me sale de una forma bastante natural.

Algunas letras de las canciones de El Último de la Fila me gusta más leerlas que escucharlas. Esto no me ha pasado con este disco. 



No lo había pensado nunca... quizás es porque soy un músico que canta. Manolo es un cantante y, a veces, su expresividad puede pasar por encima de la canción. Como yo siempre estoy tocando la guitarra, a mí no me importa estar dos compases en silencio, en cambio, el estilo de El Último de la Fila es más fluido y puede que para el purista del rock haya un alud de voz o expresividad que reste musicalidad o ritmo al conjunto. 





¿Alguna novedad respeto a El Último de la Fila? 



Por el momento nada; estamos de vacaciones.

jueves, 14 de enero de 2010

Música rock y satanismo, René Laban

Música rock y satanismo es un libro escrito desde el fanatismo religioso y tiene una alarmante falta de rigurosidad. Lo curioso es que uno esperaría que un libro con este título analizara el fenómeno del death metal escandinavo y todos los tópicos sobre pactos con el diablo, desde el cruce de caminos de Robert Johnson, hasta el de Led Zeppelin, pasando por toda la carnaza de Black Sabbath. Y con los únicos que realmente se ceba es con Alice Cooper (“que tomó su nombre de una sesión de espiritismo en la que se le identificó con ese nombre”) y, no tanto, con Ozzy. Hasta aquí, lo obvio. Lo sorprendente es la galería de satánicos “concientes o inconscientes” que presenta el autor: ¡Pink Floyd, The Police, Queen, Crosby, Stills, Nash & Young, etc.!!! Según este tipo, en el tema Empty spaces (él equivoca el título y lo llama Congratulations) de Pink Floyd se puede escuchar, oyendo el disco al revés: “Justo acabas de descubrir el mensaje secreto del diablo; comunícate con el viejo…” (he puesto “del diablo” en cursiva, porque quienes supuestamente han escuchado estas palabras –ver los foros de fans de Internet– nunca habían mencionado nada del diablo, aunque sí que, efectivamente, hay un mensaje oculto). Le siguen toda una ristra de sorpresas, a saber: parte del texto de la canción de The Police Every breath you take, por ejemplo, ¡abre el capítulo del libro sobre Los síntomas de la posesión diabólica!: “Cada vez que respiras, cada movimiento que haces, cada vínculo que rompes, cada paso que das, te estaré observando… ¡Oh¡ no puedes ver que me perteneces”; en el directo Live Killers de Queen se puede escuchar, una vez más oyendo el disco al revés: “start to smoke marijuana”; y también desglosa párrafo a párrafo Stairway to heaven, de Led Zeppelin, para decir que la Lady que compra la escalera al cielo es la heroína (la Dama para la cual todo lo que brilla es oro), y que la estrofa más subversiva es la que habla de los dos posibles caminos por los que transitar: en las dos últimas frases, donde ante la duda el flautista nos invita a seguirle (“in the case you don’t know, the piper’s calling you to join him”), si las oímos al revés puede escucharse: “vive para vivir para Satán (live got to live for Satan)”. La cosa no acaba ahí. El tal René Laban afirma, entre otras cosas, las siguientes: antes de triunfar, Marc Bolan pasó dos años en París en compañía de un un mago negro; la sociedad de brujos WICCA controla parte de los estudios de grabación norteamericanos y es quien edita los discos de Alice Cooper; Marianne Faithfull y Anita Pallemberg son “dos conocidas brujas inglesas” que sedujeron a los Rolling Stones, cuyo logo de la lengua roja es el paradigma de la simbología del diablo (el tipo lo documenta con la reproducción de antiguos grabados: desde la lengua de la serpiente del paraíso hasta el mismo diablo o los condenados al infierno con su lengua fuera); el nombre de los tres primeros discos de Kiss (Kiss, Hotter than hell y Dressed to kill) no es casual, todo junto significaría: Caballeros al servicio de Satán más calientes que el infierno vestidos para matar (para el autor, Kiss sería el acrónimo de Kings in Satan Service). Ah, y las fotos de la Kiss army de la contraportada del Alive las hizo Fin Costello, “un famoso mago negro”. En fin, el libro da para miles de anécdotas: como cuando habla de las ceremonias de magia negra que se habrían hecho antes del lanzamiento de algunos de los discos más exitosos del rock (que por ese motivo triunfaron), y que quien los ha comprado se ha llevado a casa parte de esos demonios (¡Estamos jodidos¡). También habla de las conexiones de Aleister Crowley y Anton La Vey con el rock.En fin no se libran ni Bad Company, la E.L.O, Saxon o Black Oak Arkansas (las siglas B.O.A. aluden al símbolo satánico por excelencia, la serpiente, y en su tema grabado en directo When electricity came to Arkansas aparecen en un momento dado unos extraños ruidos que, escuchados al revés descrifan el mensaje: “Satán…Satán…Satán… he is good… he is good” y acto seguido se oyen unas risas). Lo que me gustaría saber es si es verdad que Robert Plant llegó a culpar a la obsesión de Zoso por el ocultismo y la magia negra de las calamidades que afectaron al grupo y sus miembros.

miércoles, 13 de enero de 2010

Entrevista inédita a Enrique Bunbury (1997)

Extracto de la entrevista que le hice en 1997, en un hotel de Barcelona que no recuerdo, y que ha permanecido inédita porque la revista que iba a publicarla pasó a mejor vida. Los Héroes del Silencio se habían separado y Bunbury estaba promocionando su primer disco en solitario.

ENRIQUE BUNBURY: “No puedo estar pendiente de lo que piense la gente de mí”

Tras doce años de carrera con los Héroes del Silencio, Enrique Bunbury estaba, musicalmente hablando, en la edad del pavo. Es esa compleja etapa de la vida en la que sólo se tiene clara una cosa: lo mejor está por venir, o lo que es lo mismo: quiero ser cualquier cosa menos lo que he sido hasta ahora. Para la ocasión, a Bunbury le ha salido una vena tecno-árabe por la que fue capaz de dar la vida i morir como héroe del silencio. Con ese nuevo bagaje, resucita discográficamente en "Radical Sonora", el disco que coincide con su biológico treinta cumpleaños

¿Por qué este giro hacia la música electrónica; crees en ella o responde simplemente a un deseo de experimentar?

Yo creo que todos los lenguajes son válidos. Por eso en este disco he intentado sintetizar los aspectos que más me gustan del rock y la música electrónica y les he añadido unas pinceladas árabes influido por la música que escucho ahora mismo.

¿Combinan las máquinas con la pasión y el sentimiento que tu pones en tus letras y en tu interpretación?

Simplemente he utilizado la música electrónica para hacer un disco de rock actual. Mi intención es evolucionar; no repetirme, luego la prensa y el oyente está en su derecho de pensar que me he apuntado a la moda, yo sólo he querido hacer un disco que me complazca, y éste lo hace al 100%

¿A quién va dirigido el disco o a quién crees que puede interesarle?

La verdad es que no lo sé, porque tengo muchas posibilidades de que la gente me diga que me he apuntado a un carro; que la gente de Héroes me dé la espalda o que los detractores de Héroes sigan pensando que es más de lo mismo, pero... [hay una larga pausa y sigue con un tono más afectado] no puedo estar pendiente de lo que piense la gente; estaría atemorizado y no daría un paso, y mi premisa es el valor y voy a seguir con lo que yo creo.

¿Te encontraste limitado dentro de Héroes del Silencio?

De hecho yo les propuse este disco a Héroes del Silencio y no mostraron ningún interés.

¿Hubo mal rollo en la separación?

Lo hubo mientras no tomamos la determinación de separarnos. Llegó un momento en que cada decisión que debíamos tomar se convertía en un tormento, porque éramos ya cuatro personas muy diferentes y veíamos el futuro poco esperanzador. Pero con la separación todos vimos una luz al final del túnel.

¿Qué hace ahora mismo el resto del grupo?

Creo que todos ellos están preparando discos en solitario.

Volviendo al disco, parece que los textos son menos ambiguos y más personales.

Intento ser mejor comprendido. Pero mi personalidad sigue estando ahí; ha cambiado un poco la forma pero la esencia sigue siendo la misma: no intento comunicarme con nadie, sino liberar algo que llevo dentro.

A pesar del nuevo rumbo, Phil Manzanera vuelve a los mandos; ¿necesitabas un punto de apoyo; no romper del todo con lo anterior?

Phil era el idóneo para alejarme del sonido de Héroes del Silencio porque sabía cuáles eran las claves de ese sonido. Le expuse mis ideas y le interesaron.