viernes, 2 de julio de 2010

Xavier Cugat, todo un personaje



Tengo un vago recuerdo de cuando, siendo un niño, vi en televisión una entrevista que le hacían a un ya decrépito Xavier Cugat, que había vuelto a España para pasar los últimos años de su vida. Recuerdo ver junto a él a una jovencísima Nina, que empezó en esto de la farándula apadrinada por este catalán universal. Para ser honesto, ver juntos a aquel octogenario demacrado, que más que hablar balbuceaba, y a aquella niña me repugnó. Pero por aquel entonces yo no tenía ni idea de quiénes eran Xavier Cugat y Nina.

Mucho tiempo después, el lento y sinuoso avance de una cola kilométrica para acceder al Teatro-Museo Dalí de Figueres (Girona) me situó temporalmente delante de una librería a la que en otras circunstancias seguramente no habría prestado atención. Sin embargo, teniendo por delante una larga espera para acceder al museo, dejé guardando la cola a unos amigos (y a mi futura mujer) y entré en la librería. Una vez dentro, descubrí que más bien se trataba de una turística tienda de recuerdos. No obstante, un libro captó mi atención: Yo, Cugat. De hecho, lo que me llamó la atención fueron las cubiertas: un collage con las fotos de algunos de los artistas más famosos del S.XX: Frank Sinatra, Rodolfo Valentino, Clark Gable, Rita Hayworth, Fred Astaire, Mae West, Charles Chaplin, Caruso, Gloria Sawson, Errol Flynn… y Xavier Cugat salía con ellos en las fotos… Un precio razonable y un interior repleto de material fotográfico de primera me convencieron para llevarme a casa la autobiografía de aquel hombre que recordaba haber visto en la tele de pequeño, y por el que súbitamente empecé a sentir curiosidad. Digo “empecé”, porque lo cierto es el libro pasó a acumular polvo en una estantería de casa.

Pero el destino estaba escrito: años más tarde, concretamente en 1998, dedicándome a la crítica musical, me llegó a la redacción un sobre con varios CD, entre los que se encontraba uno… ¡de Xavier Cugat! La portada estaba ilustrada con una foto de Cugat calándole una gorra en la cabeza a un jovencísimo Frank Sinatra que iba vestido de militar. Y es que el reclamo del CD, que no era más que la enésima recopilación de éxitos grabados por la orquesta de ritmos latinos de Xavier Cugat, era la inclusión de un tema grabado junto a Frank Sinatra, My Shawl, ¡cuyos primeros compases pertenecen a una canción tradicional catalana! Sí, Cugat asegura que la primera canción que grabó “la Voz”, cuando sólo contaba con 18 años, fue con su orquesta, si bien la discografía oficial publicada por la familia Sinatra le desmiente. En cualquier caso, la amistad entre ambos era patente, ya que el prólogo de Yo, Cugat (reproducido también en los créditos del CD) estaba escrito por el mismísimo Sinatra.

¿Fue esta segunda oportunidad que me brindaba el destino suficiente para sacar la autobiografía de Cugat de la estantería en la que acumulaba polvo…? ¡No! Ha sido ahora, en 2010, y sin ningún motivo digno de mención, cuando he recuperado ese libro. Y lo que he encontrado en él ha sido sorprendente, no sólo porque, efectivamente, la lista de amigos de Cugat incluye a los personajes famosos que salen en la cubierta del libro, sino porque tiene en su haber algunos hitos:

–Uno de los primeros (si no el primer) cortometrajes musicales de la historia lleva su nombre y su música: Cugat and his gigolos.

–En su orquesta tocaron y cantaron los mejores (¡Bing Crosby, fue su cantante durante una temporada!).

–Ayudó a Cole Porter con el clásico Begin the Beguine.

–Fue el descubridor de Rita Cansino, a quien cambió el nombre por el de Rita Hayworth…

–Asegura ser el descubridor de Dean Martin y Jerry Lewis. De hecho, la idea de que formaran una pareja artística fue suya.

–Presentó a Edith Piaff en el show de Ed Sullivan, y fue testigo en otra ocasión de cómo éste insultaba a una todavía desconocida Barbara Streisand, a la que definió como “nariguda y ordinaria”.

–Vivió en primera persona el nacimiento de Hollywood y los grandes estudios. Actuó en algunas películas de la Metro Goldwyn Mayer y puso música a las primeras películas sonoras.

–Fue el caricaturista oficial del periódico Los Ángeles Times (la caricatura era su gran hobby)

–Cenando en casa de Picasso, “que lo cocinaba todo con brandy y coñac”, éste le regaló una botella de Napoleón de 100 años.

–Era íntimo amigo de George Gershwin; el pionero de la automoción Henry Ford era admirador suyo; conoció a Hemmingway y asistió con él a corridas de toros; intimaba con Dalí…

– Emperadores y reyes de medio mundo asistían a los conciertos de su orquesta (¡y alguno de ellos intentó ligarse a alguna de las espectaculares mujeres que tuvo el músico catalán!)

El listado es impresionante. En la actualidad, el nombre de Xavier Cugat quizá no le diga nada a la mayoría de catalanes y españoles, pero hubo una época en que este hombre fue el rey de la rumba y el cha-cha-cha, una estrella mundial con casa en Beverlly Hills, fotos dedicadas de siete presidentes de los Estados Unidos (Nixon llegó a presentárselo al entonces Príncipe Juan Carlos, el actual Rey de España, diciéndole: “Este es nuestro Cugui”) y cuatro, sí, cuatro estrellas en el Paseo de la Fama de Hollywood Boulevard que recuerdan sus múltiples éxitos en la música, el cine y la televisión.

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